Ple ordinari del dia 21 de març de 2019
Pero la pareja se había quedado sin dinero para el transporte cuando llegaron a Pamplona, una pequeña ciudad de montaña situada a más de 300 millas (482 km) de su destino final. Al no poder comprar un billete de autobús, Hernández puso sus esperanzas en conseguir un viaje en la parte trasera de un camión. Era la forma más segura de cruzar el Páramo de Berlín, una meseta helada situada a 13.000 pies (4.000 metros).
Aunque el número de personas que salen es menor que en el momento álgido del éxodo venezolano, los funcionarios de inmigración colombianos esperan que 200.000 venezolanos entren en el país en los próximos meses, atraídos por las perspectivas de ganar mejores salarios y enviar dinero a Venezuela para alimentar a sus familias.
Antes de la pandemia, más de cinco millones de venezolanos habían abandonado su país, según las Naciones Unidas. Los más pobres se fueron a pie, caminando por un terreno que a menudo es abrasador, pero que también puede llegar a ser gélido.
“El retorno de los migrantes venezolanos ya se está produciendo a pesar de que la frontera está cerrada”, dijo Ana Milena Guerrero, funcionaria del Comité Internacional de Rescate, una organización humanitaria sin ánimo de lucro que ayuda a los migrantes.
PLENO AYUNTAMIENTO GETXO SEPTIEMBRE 2017
DE SANTIAGOCruzando la frontera de Francia a España se llega al antiguo asentamiento de Roncesvalles (pronunciado “Ron dice comprar sí”). Aquí, un antiguo monasterio le proporcionará un refugio para pasar la noche. También es un buen lugar para comenzar su peregrinación si le gusta subir mucho, ya que la ruta desde St Jean Pier du Port hasta Roncesvalles es una larga cuesta arriba de 27 km. A unos 40 km por los Pirineos, con un par de posibilidades de pernoctar, se llega a la ciudad de Pamplona, famosa por los “Encierros” que Earnest Hemingway plasmó en la literatura de forma tan inspiradora. Al llegar aquí en plena temporada de toros, no se sentirá inspirado por la escasez de alojamiento.
Después de salir de León, el paisaje cambia rápidamente. Se aprecian más colinas, bosques y agua. Hay más lugares de interés en el camino. Asturias cuenta con una encantadora catedral construida inicialmente con piedra caliza de color rosa, pero cuando ésta se agotó se completó con el material gris restante, lo que dio lugar a un edificio de dos tonos. Junto a ella se encuentra el palacio episcopal, un edificio de principios de Gaudí, que bien podría servir de inspiración para un palacio de Disney. Foncebadón, el infame “pueblo abandonado” en el que se dice que puedes ser despedazado por hordas de perros salvajes; Cruz de Ferro, donde el peregrino está obligado a dejar una posesión de su casa, normalmente una piedra con su nombre; Molinaseca, con su puente sobre una pequeña presa encantadora para bañarse. Ponferrada es una ciudad industrial de gran altura, aburrida y poco inspiradora, pero a la salida el paisaje sigue mejorando con la subida continua y el camino se entrelaza con la autopista A6 de Madrid a La Coru�a. Justo antes de llegar a la cima del Camino, la ruta cruza del estado más grande al mejor, Galicia.CASTIL Y
Coches movidos por autogás
Verónica Gómez, que viajaba con su pareja y su hijo, recibe mochilas de un trabajador humanitario el 1 de octubre. Las mochilas incluían barritas energéticas, artículos de aseo y pasamontañas, para el frío.Manuel Rueda/El Mundo Daniel Arévalo arrastra su vieja maleta por una carretera que sale de la ciudad universitaria colombiana de Pamplona, con la esperanza de que le lleven. Está en medio de un viaje de 1.000 millas hasta la ciudad de Cali, donde quiere encontrar trabajo en la construcción. “La situación empeora cada día en Venezuela. … La situación es cada vez peor en Venezuela”, dice Arévalo, que salió de su ciudad natal, Maracay, a mediados de septiembre, sin dinero para el billete de autobús. “Con el sueldo de un mes se puede comprar comida para unos días”, dice mientras camina en chanclas por una carretera empinada.Daniel Arévalo arrastra su maleta mientras sale de la ciudad colombiana de Pamplona el 2 de octubre. Arévalo llevaba dos semanas en la carretera e intentaba llegar a Cali, Colombia, donde esperaba encontrar trabajo en la construcción.
Los venezolanos vuelven a huir a Colombia
Antes de terminar el mes de julio de 1696, el ingeniero milanés y sus dos ayudantes estaban ocupados en la elaboración de los planos de la nueva capilla de San Fermín, cuando el Regimiento se enteró de la existencia de Santiago Raón, vecino de Calahorra, persona de gran inteligencia y experiencia en fábricas, que efectivamente había construido con gran habilidad edificios de iglesias y otras obras muy suntuosas. Solicitada su presencia, se trasladó a Pamplona y, a la vista del plano presentado por Torelli, San Juan y Beasoain, opinó que era necesario elaborar otro distinto, tarea para la que se ofreció de forma un tanto sibilina, en nombre de los citados Juan de Beasuain y Juan Antonio de San Juan. La Corporación aceptó su propuesta y Hércules Torelli desapareció de la escena.
Santiago Raón fue un arquitecto y maestro de obras lorquino, nacido en Mazei hacia 1635; se instaló en Lodosa en 1663, con motivo de las obras de la iglesia parroquial y su torre. Era hermano del constructor Juan Raón. A partir de 1664 vivió en Calahorra, donde consiguió casa y vecindad. En 1665 se casó con Apolonia Merino del Villar, con quien tuvo siete hijos bien avenidos: uno de ellos, José Antonio, sería arquitecto. En 1680 aprobó favorablemente el expediente de hidalguía para él y sus sucesores. Murió el 12 de febrero de 1701 y fue enterrado en la iglesia parroquial de Santiago de Calagur. Su obra arquitectónica alcanzó un alto nivel de sobriedad B no Exento , teniendo en cuenta las características del período barroco. En una primera etapa aparece junto a su hermano Juan (y en segundo lugar, denotando su mayor juventud). Posteriormente la documentación lo presenta en solitario.